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Entrevista a Keith Barton, experto en Didáctica de la Historia

15 febrero, 2014

Durante el año recién pasado, el Departamento de Historia UAH realizó el Seminario de Didáctica de la Historia «Investigar para enseñar, enseñar para aprender», que tuvo como invitado a Keith Barton, Coordinador de Estudios del Currículum del Departamento de Currículum e Instrucción, Universidad de Indiana. Luego de sus actividades en Chile, las profesoras Liliam Almeyda y Liliana Bravo lo entrevistaron, sobre cómo enseñar la Historia y la relevancia de ésta para los estudiantes en etapa escolar.

1. ¿De qué manera entiendes el aprendizaje de la historia por parte de los estudiantes? ¿Qué significa para ti que un niño o un joven aprenda historia?

Aunque la historia puede servir múltiples propósitos, creo que el rol más central que ésta tiene en las escuelas primarias y secundarias es preparar a los estudiantes para participar en la vida pública de una democracia. Esto significa mucho más que simplemente repetir información o aprenderse el conocimiento histórico que otros crearon, significa que deben llegar a comprender elementos importantes del pensamiento histórico. Esto incluye:

  • Involucramiento histórico: los estudiantes deberían comprender quién ha sido responsable de acciones históricas (no sólo las élites políticas, sino que todos), qué los motivó, que acciones tomaron,  y cuáles han sido los resultados de esas acciones (tanto las intencionadas como las no intencionales). Esto ayuda a que los estudiantes se piensen a sí mismos como actores y personas que toman decisiones en el mundo de hoy, a pensar de qué maneras se pueden hacer cambios en la sociedad. La participación democrática requiere que tengamos un sentido acerca de nuestra propia habilidad para influir en la dirección que toma la sociedad.
  • Reconocimiento de perspectiva (o empatía): Los estudiantes deberían ser capaces de reconocer los valores, actitudes y creencias de las personas en el pasado, de tal manera que puedan ver el mundo a través de los ojos de otros, en lugar de pensar que la gente siempre ha pensado en el mismo modo en que lo hacemos hoy.  También deberían reconocer que, en cualquier punto, las personas entran en desacuerdos con sus valores, actitudes y creencias porque las sociedades no son completamente unificadas en su forma de pensar.  Esto prepara a los estudiantes a pensar acerca de la manera en que las actitudes de las personas difieren hoy en día, y la medida en que las personas con ideas distintas podrían tener sustentos razonables para sus creencias. La participación democrática requiere que intentemos comprender las ideas de los demás.
  • Datos y evidencia: Los estudiantes deberían ser capaces de comprender como los datos históricos son creados a partir de la evidencia,  particularmente, el hecho de que evidencia incompleta, y en ocasiones contradictoria, es utilizada para crear interpretaciones sostenibles. Deberían reconocer que el conocimiento histórico no se sostiene en autoridad o tradición, sino que requiere de un juicio razonado, sobre la base de un análisis crítico de fuentes. Esto es también un elemento importante de la participación cívica democrática: nuestro conocimiento no tiene certezas, pero deberíamos ser capaces de fundamentar nuestra posición con lógica y evidencia.

 2.       En una de tus presentaciones afirmaste que los historiadores, los profesores y los estudiantes no debían desarrollar un trabajo tan diferente, que todos podrían ocuparse de responder buenas preguntas históricas. ¿Qué importancia le das a la capacidad de interrogarse acerca del pasado en el proceso de aprender historia? ¿Qué características tiene una buena pregunta, que conduzca el aprendizaje histórico?

Las personas aprenden mejor cuando investigan preguntas que son importantes para ellos.  La educación que consiste en una transmisión de información resulta superficial y se olvida rápidamente. De la misma manera, las preguntas que no son significativas para los estudiantes no llegan a ser involucradoras o productivas.

Para que los estudiantes lleguen a pensar profundamente acerca de la historia, y les interese lo que aprenden, deberían investigar preguntas que:

–        Son complejas: responder estas preguntas debe integrar múltiples factores causales, o examinar múltiples aspectos de un evento histórico. Por ejemplo, “¿De qué modos la guerra de Vietnam afectó las vidas de las personas comunes y corrientes tanto en Vietman como en Estados Unidos?” Esto requeriría una comprensión de procesos políticos y económicos de corto y largo plazo, así como también el efecto variado de la guerra en términos de género, edad, clase y región geográfica.

–        Involucrar múltiples perspectivas: las buenas preguntas requieren que el problema sea mirado desde distintos puntos de vista, para que los estudiantes comprendan que la historia puede ser explicada de maneras diversas. Por ejemplo, “¿Por qué los Estados Unidos fue a la guerra en Vietnam?”. Esta pregunta puede incorporar ideales políticos, estrategia geopolítica, o intereses económicos, todos asuntos que han sido usados para explicar el involucramiento de los Estados Unidos en la guerra.

–        Incorporar pensamiento de nivel superior: a los estudiantes se les debe pedir analizar, explicar y evaluar eventos históricos, en lugar de simplemente recordar o entender información que se les presenta. Por ejemplo, adicionalmente a las preguntas anteriores, los estudiantes podrían responder asuntos como: “¿Cuál ha sido la consecuencia más importante de la guerra de Vietman para la gente de Vietnam?” o “¿De qué modos se puedo haber prevenido la guerra”?

–        Son potencialmente interesantes: las mejores preguntas son aquellas que los estudiantes están realmente interesados en responder, y frecuentemente éstas tienen que ver con asuntos que ellos perciben como de relevancia social, o aquellas que despiertan el interés de los adultos también. Aunque es posible que los estudiantes no se muestren inicialmente interesados en algunas preguntas históricas, éstas deberían ser los suficientemente significativas como para que los profesores puedan desarrollar el interés en sus estudiantes. Frecuentemente, éstas son preguntas controversiales. Por ejemplo, “¿Cómo debiera ser recordada la guerra de Vietnam”? es una pregunta que ha resultado altamente controversial en Estados Unidos, pero también una en que los estudiantes logran reconocer su significancia social.

–        Están relacionadas a problemas de relevancia permanente.  Las mejores preguntas históricas no están limitadas a un solo evento histórico, sino que reflejan preguntas más amplias, problemáticas o perspectivas que se extienden a varias épocas y lugares. Los eventos del pasado ya ocurrieron, pero las problemáticas que presentan vuelven a aparecen en el presente y el futuro, por lo que la investigación histórica debería preparar a los estudiantes para esos resurgimientos. Por ejemplo, el estudiar la guerra de Vietnam se relaciona con preguntas más amplias, como “¿Qué hace que una nación vaya a la guerra?”, ¿Cómo se puede prevenir el inicio de una guerra?, ¿Cuáles son las consecuencias de la guerra?, ¿Qué determina el resultado de los conflictos?, y ¿Cómo se recuerda el pasado”?.

 3.       En la escuela de hoy, que se ve enfrentada a diversas demandas sociales tales como obtener buenos resultados en evaluaciones estandarizadas o los ideales de formar buenos ciudadanos o educar para la paz, entre tantas otras. ¿Qué importancia tiene enseñar a pensar históricamente? Y: ¿Qué posibilidades crees que tienen los profesores de enseñar a pensar históricamente?

Si vemos todas las demandas que se le hacen a la educación como asuntos separados, entonces la cantidad de ellas parece abrumadora. Sin embargo, muchas de las demandas que le hacemos a la escuela pueden ser resueltas a través de un mismo modo. Por ejemplo, los aspectos de la historia que llevan a la participación civil democrática (involucramiento, perspectiva, evidencia) también son elementos centrales del trabajo académico, y son además directamente relevantes para la educación para la paz; de este modo, los estudiantes que aprenden historia de esta manera deberían tener mejores desempeños en sus exámenes que aquellos que simplemente  han memorizado información. La educación no puede reducirse a un listado de contenidos en el que simplemente podemos ir marcando los requerimientos que hemos cubierto. Precisamente porque hay tan poco tiempo para cada asignatura, tenemos que decidir qué es lo realmente importante de enseñar, y si nuestros propósitos son verdaderamente importantes, entonces tendrán múltiples efectos positivos – los estudiantes aprenderán historia mejor, estarán mejor preparados para los exámenes, y aprenderán a participar en la sociedad.

 4.       ¿Cómo crees que se vinculan la investigación en el aprendizaje de la historia con el trabajo que día a día realizan los profesores de historia en la escuela y con la formación de profesores? ¿De qué maneras el trabajo de formar profesores y enseñar historia en la escuela puede verse enriquecido por la investigación?

Los profesores aprenden muchísimo acerca de los estudiantes a lo largo de su enseñanza, pero los investigadores tienen el tiempo para investigar asuntos que pueden ser complejos de ser observados directamente por los profesores, como por ejemplo los factores que influyen en la interpretación de los contenidos históricos en los estudiantes. En ocasiones, los investigadores escriben y presentan los resultados de sus trabajos principalmente para otros académicos, pero también deben intentar hacer que su investigación sea relevante y accesible para los profesores, por medio de presentaciones o publicaciones que ayuden a los profesores a ver asuntos que quizás no hubiesen visto de otro modo.

Los docentes, al mismo tiempo, tienen que hacer un esfuerzo activo por expandir su conocimiento profesional, de tal manera que su práctica esté informada por investigaciones en aprendizaje y enseñanza histórica.

Esto no es lo mismo que simplemente aplicar lo que dicen las investigaciones, pues los investigadores no pueden ni deben decirle directamente a los profesores qué es lo que deben hacer; los objetivos de investigadores y profesores se traslapan, pero no son idénticos. Los profesores deberían aprender temáticas de investigación, de tal manera que puedan utilizar y adaptar esa información en combinación con sus propias experticias profesionales. (Y toda vez que sea posible, tanto profesores como investigadores deberían trabajar juntos para planificar investigaciones que resulten de interés para ambos grupos).

Por lo tanto, los profesores en formación deberían desarrollar una perspectiva acerca de la práctica que les permita volverse profesionales reflexivos a lo largo de sus carreras, combinando aprendizajes que surgen del trabajo con sus estudiantes con los hallazgos de las investigaciones.

 5.       El año 2013 en Chile se cumplieron 40 años del golpe militar. En tus investigaciones te has aproximado al estudio de procesos conflictivos o temas controversiales para la historia de un país. ¿Por qué te ha interesado y te parece importante estudiar el aprendizaje que desarrollan los jóvenes de esta clase de temas?

Crecí en los años 60, cuando mucha gente en los Estados Unidos estaba preocupada con los derechos civiles, la Guerra de Vietnam y la desigualdad económica. Más tarde, aprendí acerca de otras luchas que estaban sucediendo alrededor del mundo, como el apartheid en Sudáfrica, y el involucramiento de los Estados Unidos en los golpes y dictaduras militares en muchos países. Me acuerdo con particular claridad del momento en que supe acerca del golpe militar en Chile; yo tenía 12 años e hice una presentación acerca del tema para mi curso, durante una porción de la clase destinada a comentar “eventos de actualidad”.

Posiblemente por este interés que demostré desde una temprana edad, siempre he tenido una preocupación por asuntos de justicia, y espero que la educación pueda ayudar a los jóvenes a interesarse por la justicia, a comprender lo que ella implica, y pensar en formas en que puede ser alcanzada. La historia es una de las mejores formas de explorar estos asuntos porque está llena de ejemplos de injusticia y de personas que trabajan para actuar con justicia – a veces de manera exitosa, y a veces no. La historia provee un contexto potente para involucrarse en la deliberación acerca de temas controvertidos, difíciles y cargados de valores. Siempre he estado interesado en aprender acerca de los momentos en que los derechos de las personas han sido negados y las maneras en que han respondido a tal injusticia.

También quiero que los estudiantes se interesen en la historia porque no veo otra razón para enseñar el tema si no es interesante. Los estudiantes por lo general se interesan en temas controversiales  y les gusta explorarlos en mayor profundidad. Con mucha frecuencia, los estudiantes piensan que la historia no es ni importante ni interesante, pero los temas controversiales nos permiten traer simultáneamente al estudio histórico tanto lo importante como lo interesante.

Sin embargo, es muy importante que el aprendizaje acerca de temas controversiales no sea simplemente un asunto de adoctrinamiento, y que no nos engañemos pensando que los estudiantes han aprendido profundamente algo simplemente porque repiten nuestras opiniones. Por lo tanto la investigación es necesaria para comprender de mejor manera el modo en que los estudiantes asignan significado al pasado, de tal modo que los profesores puedan hacer un mejor trabajo en ayudar a los estudiantes a profundizar y extender su conocimiento. Es particularmente importante conocer qué obstáculos podrían encontrar los estudiantes en su compresión del pasado y de qué manera podemos lidiar con ellos.

 6.       Específicamente para el caso de Chile, ¿qué podríamos recoger de tu investigación en otros países para enfrentar la enseñanza de estos temas conflictivos de manera provechosa?

Hay unas cuantas cosas que se pueden esperar si los profesores en Chile trabajaran un tema controversial, como el golpe del 73:

–        Es posible que los estudiantes se interesen en el tema y quieran discutirlo. Generalmente a ellos les interesan los temas controversiales, incluso más que a sus profesores. Mientras más conexiones se puedan hacer con asuntos que los estudiantes perciben como relevantes, mejor.

–        Los estudiantes pueden tener un fuerte apego emocional con un tema y es posible que esas emociones se transparenten en la sala de clases. Con este tema en particular, muchos estudiantes podrían tener familiares que estuvieron involucrados o que fueron afectados por el golpe. Por lo tanto, es posible que algunos intenten defender o condenar los eventos o las personas responsables. No se les debe quitar la posibilidad de expresarse, pero los profesores tienen que estar preparados para las emociones que surjan.

–        Es posible que los estudiantes tengan dificultades para comprender perspectivas opuestas acerca del tema y tiendan a quedarse con un lado de las cosas. Los profesores necesitan trabajar cuidadosamente para ayudar a los estudiantes a comprender perspectivas con las que no están de acuerdo.

–        Probablemente los estudiantes considerarán aceptable que los profesores den su punto de vista con respecto a un tema porque eso demuestra que realmente les interesa. Sin embargo, los estudiantes son altamente resistentes a ser adoctrinados; ellos esperan que los profesores sean imparciales en sus presentaciones.

–        Es posible que los estudiantes quieran llegar rápidamente a conclusiones sin una comprensión profunda. Las buenas preguntas históricas usualmente incluyen juicios evaluativos, como “¿Fue el golpe algo beneficioso para Chile?”, “¿Quiénes son más responsables de violaciones a los derechos humanos?”, “¿Cómo debiera recordarse el golpe?”, etc. Sin embargo, las respuestas de los estudiantes no pueden estar basadas simplemente en opiniones desinformadas. En lugar de ello, deben poder deliberar tales preguntas a través del uso de la lógica y la evidencia – el tipo de habilidades que se desarrollan en la clase de historia.

–        Los profesores deben estar preparados para explicar y defender su práctica. Al tratar cualquier tema controversial, los profesores deben recurrir a su experticia profesional para explicar por qué el tema es importante, de qué manera es algo relevante para los propósitos sociales y académicos de la educación, y de qué modo tratarán el tema de modo académico y justo. Los directivos, padres y otras personas en la comunidad podrían estar altamente reticentes a la idea de tratar temáticas controversiales en la escuela, y los profesores deben ser capaces de defender sus prácticas pedagógicas de manera clara y convincente.