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«La ciudad sin ti»

30 enero, 2015

Aldo Perán conoció a Pedro Lemebel el 2011, cuando ya le habían detectado el cáncer que terminaría con su vida, la semana pasada. Con el tiempo se convertiría en su asistente y uno de sus amigos más cercanos. Acá, un relato íntimo de los últimos meses junto al escritor.

«Conocí a Pedro Lemebel en mi tercer año de universidad, el 2011, cuando ya había sido operado de la laringe, cuando el cáncer ya había sido detectado. Semanas antes había comenzado a trabajar en Metales Pesados. Vivía cerca y pasaba de vez en cuando a comprar libros, los libros que no podía encontrar en ningún otro lugar. Sergio Parra, fundador de la librería, era su amigo, su mejor amigo. La primera vez que lo vi no me saludó. Tampoco la segunda. Sólo cuando pasó a ver a Parra una tarde y él no estaba, finalmente, me preguntó quién era y por qué estaba ahí, mirándome coquetamente de arriba hacia abajo. Nervioso, le comenté que había comenzado a trabajar en Metales Pesados hacía poco. Usaba una pañoleta verde olivo, y una especie de buzo del mismo color. Tuvo que ser marzo. Me preguntó si sabía quién era y le dije que sí, que sabía perfectamente quién era. Me dejó un recado y se fue. Lo volví a ver días después y hablamos de literatura latinoamericana. Quería saber a quién admiraba y no tardó en burlarse de algunas de mis preferencias. Cuando Sergio atendía a algún cliente, me pedía que lo acompañara y hablara con él, que le contara mi vida. Eso hice durante tres años. Podía preguntarle sobre cualquier cosa y me respondía con honestidad, sin evasivas, aunque evitaba hablar de su enfermedad».

Lee su relato completo publicado en la Revista Qué Pasa, aquí