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Marcos Fernández expone en el Coloquio Internacional «Troubler l’ordre: engagements contestataires rencontres et décloisonnments sociaux dans les années 1968” en Francia

15 junio, 2018

El Coloquio se realizó en París, específicamente en el Centre d’histoire sociale du XXe siècle, dependiente de la Universidad Paris I, en el que investigadores e investigadoras de Antropología, Ciencias Políticas, Sociología e Historia expusieron en torno al tema “A lo largo de 1968”, periodo comprendido entre 1965 y 1970.

Los encuentros que se produjeron en la segunda mitad de la década de 1960 fueron inesperados y paralelos en todo el mundo. Estos se dieron entre los actores sociales que tradicionalmente se mantenían en sus propios “estancos” de vida política y cotidiana. A partir de esto, por ejemplo, en el coloquio hubo ponencias sobre la relación entre estudiantes y campesinos en Francia, estudiantes y militares antimilitaristas en Turquía; sacerdotes, trabajadores y abogados críticos del franquismo en España, entre muchas más.

La ponencia que presentó Marcos Fernández, Director del Magíster en Historia de Chile Contemporáneo, se tituló “A Church by the people”: the Occupation of Santiago’s Cathedral. Event, Agency and Secularization in the Chilean 68» y hace referencia a Toma de la Catedral de Santiago el 11 de agosto de 1968.

El mismo académico la explica: “Fue una acción emprendida por casi 200 personas, en su gran mayoría pobladores y pobladoras, pero también sacerdotes, monjas, estudiantes universitarios y jóvenes profesionales. La importancia del evento, a mi juicio, pasa por dos aspectos: el primero vinculado a la temática del coloquio: la Toma representó el encuentro entre sectores sociales por lo general distanciados espacial y políticamente, pero que se agrupaban bajo un conjunto de reivindicaciones comunes. Y en segundo lugar, porque significó una manifestación de protesta por parte del movimiento Iglesia Joven contra la lentitud con que se aplicaban las reformas al interior de la Iglesia Católica y que el Concilio Vaticano II había impulsado”.

“Junto a ello, la Toma se realizó para manifestar la disconformidad con el escaso eco que los debates al interior del Sínodo de la Iglesia de Santiago tenían en la práctica. Este había significado durante 1967 una larga e informada serie de reuniones y diagnósticos en torno a los problemas y limitaciones de la Iglesia Católica para emprender una nueva relación con el mundo”.

“Entre los problemas más evidentes: el autoritarismo de la jerarquía, poca transparencia de sus procedimientos, dificultades para la participación del laicado, invisibilización y opresión sobre las religiosas, asociación de la Iglesia Católica con los sectores más adinerados y conservadores de la sociedad”.

“En el fondo, la ubicación de la Toma de la Catedral en el espíritu del 68 tenía que ver no solo con las problemáticas de la renovación interna de la Iglesia Católica, sino también con el protagonismo de la Juventud, la movilización política que demandaba cambios radicales en todas las esferas de la sociedad; y el uso de un repertorio de prácticas (la ocupación de un espacio oficial) común a movimientos y demandas multiplicadas en todas latitudes”, concluye Fernández.