
Camila Albertazzo, egresada Magíster Literatura latinoamericana: “El magíster me dotó de herramientas para hacer lo que me gusta, que es estar dentro del mundo literario”
Experiencia de Camila Albertazzo, egresada Magíster en Literatura latinoamericana.
Por: Martín Oyarce

Camila Albertazzo, egresada Magíster en Literatura latinoamericana.
Profesora de castellano y filosofía, además de licenciada en educación, Camila Albertazzo cursó el magíster en los años 2016 a 2019. En su paso por nuestra universidad, Camila realizó una pasantía en la Universite Catolique de Louvain la Neuve, de Bélgica, donde trabajó gran parte de su tesis. Además, desarrolló su proyecto de grado junto a la profesora Lucero de Vivanco en el marco de un fondo Fondecyt.
Camila cuenta su experiencia en el magíster y habla sobre la “resistencia latinoamericana” que envuelve la esencia de su tesis.
¿Por qué entraste al magíster de Literatura Latinoamericana? ¿Qué te llamó la atención?
Primero entré al magíster de la Universidad de Santiago (USACH) en Literatura Latinoamericana y Chilena, pero trabajaba 44 horas y por asuntos económicos me salí. Quedé con las ganas de estudiar un máster y encontré este, que en términos de nombre me agradó bastante. No conocía a nadie, a ningún profesor, y me llevé una grata sorpresa una vez adentro. Entré porque quería terminar mi ciclo de estudiar literatura. Siempre quise ser literata y trabajar en medios literatos. El magíster cumplía con muchos requisitos, entre ellos su enfoque en literatura latinoamericana.
Hiciste una pasantía mientras estudiabas ¿A qué país viajaste? ¿A cuál institución?
Hice una pasantía de tesis en la Universite Catolique de Louvain la Neuve, en septiembre de 2017 a marzo de 2018. Fue bonita la experiencia, y muy linda también la manera en la que yo me fui. En el camino fui descubriendo muy buenos profesores, Betina Keizman, Hugo Bello, quien fue el primero que me dijo “tú te la puedes”, y Lucero de Vivanco, mi profesora de literatura peruana. Ella [Vivanco] me comenta que está la posibilidad de hacer la tesis en el extranjero, porque habíamos conversado en los break que yo hablaba francés. Me había ido relativamente bien en el magíster, así que si existía una posibilidad había que tomarla. En ese momento estaba super dispuesta a irme, porque mi background es bien amplio. Sé francés, tengo buen nivel de idioma y he viajado antes a Europa. Se dio la oportunidad, y además conseguí una beca Erasmus Plus.
¿Hiciste gran parte de tu tesis allá?
Hice la mitad de mi proceso de tesis, pero aquí también había que adecuarla a los requerimientos de la universidad. Es un proceso bien curioso, porque también ves cómo se hace universidad en otros lugares. Tuve la suerte de participar en el Coloquio de Literatura Hispanoamericana como ponente y conocí muchos profesores y profesoras de otras universidades. Todo eso hay que aterrizarlo al contexto de la academia en Chile, que no es la misma. Aquí hice otro proceso extra de trabajo con la tesis, pero buena parte de la redacción fue allá en Bélgica.
¿Cómo aportó a tu formación académica, y en el magíster, esta experiencia?
Fue una experiencia gratificante, en donde aprendí e hice redes. La universidad para mi es eso, formar redes de conocimiento. Se va construyendo el conocimiento en comunidad. Las universidades europeas lo tienen muy claro. Además, la universidad es super abierta, con una gran apertura a los procesos sociopolíticos de América Latina imbricados con el arte, que han generado líneas de estudios bastante interesantes y donde pueden hacer lecturas simultáneas desde la Latinoamérica en la que nosotros palpitamos. Me dio un background enorme porque, a diferencia de mi formación de pregrado, tuve profesores connotados en el ámbito. Además, la teoría y lecturas actualizadas me las dio el magíster. Hay un método y una línea muy clara en la Universidad Alberto Hurtado que a mí personalmente me gusta mucho.
¿Cómo definirías la línea de la universidad?
En el caso del magíster, una línea importante vincula lo sociopolítico con la narrativa. Yo hice mi tesis curiosamente en poesía, algo que no habíamos trabajado tanto, sino que tenía que ver más con mi propia necesidad, con lo que a mí me gusta. Pero encontré un apoyo tremendo. El soporte de las estructuras teóricas me sirvió mucho. Si me preguntas hoy como alumna aceptada en la Universite Catolique de Louvain la Neuve, mi línea se definió gracias a la Universidad Alberto Hurtado.
¿Cuál fue tu tema de tesis?
Mi tesis es una lectura descolonizante del imaginario sagrado subvertido en dos poetas traducidos y auto traducidos al mapudungun y quechua. Roxana Miranda Rupailaf y Odi Gonzales son dos tremendos poetas, una chilena y el otro peruano. Había hecho una tesis en educación, pero nunca una sobre literatura. Ahí cojeaba un montón. Pero tuve el apoyo de las doctoras Lucero de Vivanco y María Teresa Johanson, que fueron fundamentales para organizar mi cabeza.
¿Cómo fue tu proceso de tesis? ¿Cómo fue el desarrollo de ésta?
Fue duro, porque la descolonización es un tema que cuatro años atrás no estaba muy trabajado en otros ámbitos. Sí, en la literatura, pero no era una palabra que se escuchara habitualmente. Hoy se escucha mucho más. Y claro, evidentemente nosotros como latinoamericanos tenemos una identidad que está tremendamente ligada a la religión y a tradiciones anteriores. Nuestro proceso de colonización tuvo un fuerte componente religioso, entonces que de alguna forma las obras literarias hayan tomado eso, subvertido las imágenes y generado estos espacios de reflexión, a mí me dio un aliciente para entender no solo lo que estaba pasando en términos estéticos, sino también lo que estaba pasando alrededor mío.
Hay mucha teoría detrás, pero ahí estuvieron los profesores siempre apoyando. Tengo que reconocer el rol tremendo de las profesoras del Departamento de Literatura del magíster, que me orientaron y acotaron el análisis y la estructura de mi investigación. Fue un largo proceso que duró cerca de un año. Finalmente se logró gracias a la ayuda de las profesoras. Además, defendí mi tesis el 18 de octubre del año pasado. Estaba quedando la embarrada afuera y la profesora, refiriéndose a mi trabajo, me pregunta: ¿Cuál es la palabra que engloba este proceso? Yo respondí: “Resistencia”. Así podría resumirte todo, fue preguntarme por la resistencia latinoamericana lo que está en la esencia de mi tesis.
Es una tesis contingente.
Sí, son dos poetas de descendencia de pueblos no coloniales. Lo interesante de estos poetas es que son auto traducidos o traducidos, y generar estos espacios estéticos en lenguas no coloniales me parece importante en el proceso de descolonización. Hoy estamos en un proceso de resistencia de las identidades. Tenemos una identidad latinoamericana en conflicto, lo que genera ciertas crisis, a nivel institucional y estético, y en cómo se construye el conocimiento en Latinoamérica. Hemos organizado el mundo desde el capital, y que dos o tres escritores nos recuerden que no solo somos eso, este espacio capitalista, colonialista y financialista, sino que, además, estamos latiendo en otro ritmo, me parece tremendamente resistente y vigente hoy.
¿Recomendarías el Magíster? ¿Por qué?
Sí, a mí el magíster me sirvió mucho. Tuve la suerte de contactarme con Teresa Orbegoso, una poeta peruana que en ese tiempo recién estaba armando la revista en línea La Primera Vertebra, y hoy soy la codirectora editorial de la revista y su proyecto editorial. También tuve la suerte de prologar el libro del poeta argentino Claudio Archubi, que ganó el Fondo Nacional de las Artes de Buenos Aires. El magíster me dotó de herramientas para hacer lo que me gusta, que es estar dentro del mundo literario.
¿Por qué crees que es importante estudiar la literatura latinoamericana?
La visión del arte es tremendamente importante. Latinoamérica hoy es una muestra de los procesos mundiales de colonización que hemos vivido, y tiene algo que es muy interesante, hay una pulsión viva todavía. Pensemos en Bolivia, Perú, y en toda esa cultura que está ahí bullendo. Pensemos en nosotros mismos, en los procesos con los pueblos no coloniales del sur y en aquellos que están silenciosos en el norte. Si no somos capaces de verlo desde el arte va a ser muy difícil que lo visibilicemos desde los derechos sociales. El arte cumple una función visibilizadora y de resistencia. Estamos en un proceso tremendo en donde Latinoamérica ha dado cátedra de resistencia, de revolución y nosotros los latinoamericanos tenemos que también visualizarlo desde el arte.