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Elizabeth Quay Hutchison: La historia nos enseña que las barreras y oportunidades para las mujeres profesionales se construyen en medio de las expectativas y realidades de cada época

19 junio, 2024

Los días 6 y 7 de junio, el Departamento de Historia realizó el Seminario-Taller titulado “Profesiones, Género e Historia en Chile y Argentina”, un evento que reunió a destacadas historiadoras para explorar el rol y la evolución histórica de las mujeres profesionales en ambos países.

El seminario fue un espacio de diálogo donde se analizó cómo las mujeres han moldeado y transformado el panorama laboral a lo largo de la historia, tanto en el ámbito estatal como privado. Una de las figuras centrales del evento fue la invitada internacional Elizabeth Quay Hutchison, reconocida por su investigación pionera en la historia del trabajo femenino en América Latina, quien dictó la conferencia “Hablando por sí mismas: voces, experiencias y significados del trabajo femenino profesional”.

Conversamos con Elizabeth para conocer más sobre su trayectoria, su investigación y su interés en promover investigaciones que integren un enfoque de género en la historiografía contemporánea.

Elizabeth, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria profesional y tu enfoque en la historia del trabajo femenino.

Bueno, empecé a trabajar en Chile antes de adentrarme en la historia, el género y el trabajo. Estuve aquí por una investigación de magíster a fines de los años 80, investigando sobre movimientos sociales y de derechos humanos en Chile. Cuando opté por el doctorado en la Universidad de California en Berkeley, tuve como asesora a Iván Jaksić, quien me apoyó en la formulación de un proyecto sobre historia de Chile.

Además, a principios de los 90, me concentré en la historiografía estadounidense y la influencia del concepto de género en esta disciplina. Así inicié mi primera investigación en género y trabajo, explorando en la Biblioteca Nacional y los archivos del Ministerio de Trabajo, aún poco organizados en ese entonces.

Me interesó especialmente la falta de presencia y visibilidad de las mujeres obreras en la historia laboral chilena que, hasta entonces, había investigado mucho sobre las clases trabajadoras y algo sobre la familia y la prostitución, pero poco sobre las mujeres obreras.

¿Hubo algún momento clave en tu investigación que recuerdes?

Sí, un momento clave fue cuando trabajé con investigadoras chilenas interesadas en género. Organizamos eventos y publicamos el libro «Disciplina y desacato: Construcción de identidad en Chile. Siglos XIX y XX» en 1995, uno de los primeros esfuerzos por abordar la historia y el género en Chile. El próximo año, celebraremos 30 años de este proyecto que fue importante para la historiografía chilena.

Seminario Taller “Profesiones, Género e Historia en Chile y Argentina”,

Cuéntanos sobre la investigación que presentaste en la conferencia “Hablando por sí mismas”.

Mi segundo gran proyecto es sobre el servicio doméstico que, a primera vista podría no parecer relacionado con la mujer profesional, aunque yo misma soy una profesional. Sin embargo, al reflexionar un poco, creo que lo que doy cuenta en esta conferencia es que, trabajando con investigadoras y observando los temas presentados en el seminario, se ha desarrollado un nuevo campo historiográfico en los últimos 10 o 15 años.

Ellas podrían explicarlo mejor, pero tengo la impresión de que en Chile y otras partes de América Latina, el enfoque en las mujeres profesionales ha sido fundamental. Esto se debe al creciente interés de los historiadores en estudiar la clase media, tradicionalmente menospreciada, al menos, en Chile. Las clases medias son actores reales y significativos en la historia.

En Chile, como en otros lugares, ha habido cambios significativos en este campo de estudio, que abarca temas como la familia, el trabajo, la educación y la participación en el estado. Los profesionales, especialmente las mujeres profesionales, han sido actores cruciales, sobre todo en el siglo XX. Sin embargo, la historia laboral ha resistido la inclusión de las mujeres profesionales, lo cual es fundamental para comprender cómo se forman los oficios y se feminizan.

¿Cómo perciben las mujeres sus propios roles en la historia de las relaciones de género y trabajo?

Para este tipo de historia social, las fuentes que aluden a las clases medias son fundamentales, ya que de otro modo no tendríamos acceso a ellas. Siempre he dado por sentado que estas fuentes existen, pero no es lo mismo que escuchar directamente a las personas y preguntarse: ¿qué experiencias llevaron a estas mujeres a involucrarse en ciertos oficios, roles o partidos políticos?

Estos estudios no son nuevos. Creo que se ha formado un campo de estudio que debemos considerar en relación con la historiografía existente sobre el trabajo. No sé si esto queda claro, ya que, aunque soy historiadora, algunas cosas las entiendo de manera intuitiva debido a mi experiencia.

¿Por qué es importante estudiar la diversificación del trabajo femenino profesional en la historiografía contemporánea?

Esto es una forma de reconocer que la historiografía evoluciona y que las nuevas generaciones, así como el desarrollo de nuevos campos y preguntas, nos ayudan a reafirmar el campo de estudio del trabajo femenino profesional, evitando siempre centrarnos en los mismos temas.

Para mí, este cambio de enfoque puede no ser nuevo, pero como alguien que ha estudiado la historia desde una perspectiva de género, es importante ser honesta y criticar si esta perspectiva abarca o no ciertos temas. Es necesario alejarse un poco del enfoque exclusivo en la clase obrera y campesina y en el Estado como entidad, y así acercarnos a este grupo diverso de mujeres profesionales que, en algunos casos, trabajan en el Estado y lideran en asuntos privados relacionados, por ejemplo, a la beneficencia, el comercio, la asistencia social y sanitaria, y el comercio y los negocios.

Si analizamos el desarrollo histórico de las mujeres profesionales, ¿existe algún patrón que nos muestre cómo será el trabajo de las mujeres en el futuro?

Es difícil predecir el futuro sin un conocimiento profundo del presente. Sin embargo, estudiar el pasado nos ayuda a entender las continuidades y cambios en el trabajo femenino. La historia nos enseña que las barreras y oportunidades para las mujeres profesionales se construyen sobre las expectativas y realidades de cada época.