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Francisco Pereira asume como nuevo director del Departamento de Filosofía de la UAH

7 abril, 2025

“Hoy necesitamos con urgencia detenernos y evaluar qué hemos estado haciendo y qué es lo que deseamos como sociedad”, afirma el académico. 

El académico Francisco Pereira asumió recientemente como nuevo director del Departamento de Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado, una unidad académica que se ha consolidado como uno de los pilares históricos y formativos de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Con una oferta académica robusta que incluye la Licenciatura, Pedagogía, Magíster y Doctorado en Filosofía, además del Bachillerato en Humanidades, el departamento se ha caracterizado por su sello reflexivo, su aporte intelectual crítico y su compromiso con el pensamiento filosófico en diálogo con el mundo contemporáneo. 

Sobre su nombramiento, Pereira señala que, si bien no fue una sorpresa, sí representa un desafío que asume con responsabilidad y entusiasmo. “Durante el último tiempo era algo que se presentaba como una posibilidad concreta. Formo parte de una generación de académicos que ha contribuido a forjar la institucionalidad del departamento, por lo que veo esta designación como un paso natural dentro de ese proceso. Me alegra que haya sido una elección mayoritaria y ratificada por el decano, ya que eso otorga legitimidad al proceso y fortalece la cohesión interna. También es un gran desafío considerando el trabajo admirable realizado por mi antecesor, el profesor Roberto Rubio”. 

Su historia con la filosofía comenzó en la adolescencia, impulsada por una inquietud intelectual nacida en el contexto escolar. A los 16 años, encontró en la lectura de textos filosóficos y literarios una herramienta para interrogar las normas y convicciones del entorno que lo rodeaba. “La filosofía se me presentó como un espacio para desmantelar certezas dogmáticas y preguntarme por los fundamentos de lo que se da por hecho”, recuerda. 

Esa búsqueda lo llevó a estudiar simultáneamente las licenciaturas en Comunicación Social (Periodismo) y Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Luego, continuó su formación en Inglaterra, donde obtuvo una maestría y un doctorado en Filosofía en el King’s College London. 

A continuación, compartimos la entrevista con el nuevo director, en la que aborda su vocación, sus influencias intelectuales y los principales desafíos que enfrenta el Departamento de Filosofía en el escenario actual.  

¿Qué filósofos o corrientes han influido más en tu pensamiento? 
Hay un filósofo que determinó mi concepción de la filosofía: el escocés David Hume, especialmente en lo que respecta a la teoría del conocimiento, la metafísica y su conexión con la psicología. En filosofía contemporánea, destaco la influencia de mi supervisor David Papineau, así como la de autores como Fred Dretske, Ned Block, Tim Crane, Hilary Putnam y Saul Kripke. Siempre me he alineado con corrientes naturalistas y externalistas, tanto en epistemología como en filosofía de la mente. 

¿Cuáles son tus principales áreas de investigación? 
Trabajo principalmente en filosofía de la mente y epistemología, con especial atención al rol de la percepción. Me interesa cómo las experiencias perceptuales justifican nuestras creencias y cómo se diferencian de otros procesos mentales. También me apasiona la historia de la filosofía moderna, especialmente Descartes, Locke y, por supuesto, Hume, cuyo naturalismo y escepticismo mitigado son fuente constante de inspiración. 

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el Departamento de Filosofía y cómo planeas abordarlos? 
Hay desafíos estructurales permanentes, como mantener un clima laboral cordial y una comunicación fluida con las y los estudiantes. Pero también hay otros más específicos: trabajar con urgencia en la articulación entre pregrado y postgrado, y fomentar un diálogo interdisciplinar real con otros departamentos de la Facultad. 

¿Qué iniciativas tienes en mente para fortalecer la investigación y la docencia? 
Hay tres líneas que me parecen clave: fomentar la investigación colaborativa dentro del departamento, flexibilizar las mallas curriculares de programas de extensión y postgrado para permitir cruces interdisciplinarios, y aprovechar los fondos internos y externos (como Fondecyt) para desarrollar actividades como escuelas de verano y talleres que posicionen nuestra oferta a nivel nacional e internacional. 

¿Cómo ves el futuro de la filosofía en un mundo cada vez más tecnológico y acelerado? 
En este contexto acelerado, la filosofía tiene mucho que aportar. Ofrece un espacio de pausa, de reflexión crítica que nos permite cuestionar cómo estamos viviendo. Las preguntas filosóficas abundan en el ámbito tecnológico: ¿Qué es la realidad virtual? ¿Las máquinas pueden tener emociones? ¿Cómo afectará la inteligencia artificial nuestra vida cotidiana? La filosofía es fundamental para pensar estos temas con profundidad. 

¿Qué consejo les darías a quienes quieren estudiar filosofía hoy? 
Les diría que piensen la filosofía como una disciplina abierta, capaz de dialogar con la psicología, la neurociencia, el derecho, la medicina o la informática. Hoy más que nunca, la filosofía es una herramienta para abordar problemas sociales y éticos actuales: las enfermedades mentales, la conciencia, el bienestar animal, los dilemas bioéticos o los desafíos de la inteligencia artificial.