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Llegan a Chile los archivos de Gustavo Becerra-Schmidt, destacado compositor chileno exiliado en Alemania

8 noviembre, 2024

Hace unos días se concretó una gran noticia para el patrimonio musical chileno: el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado recibió el fondo documental de Gustavo Becerra-Schmidt, el compositor chileno que, desde 1972, vivió en Alemania y permaneció en calidad de exiliado tras el golpe militar de 1973. Este valioso archivo llega a Chile gracias a la iniciativa de sus hijos, Sol y Pedro Becerra, y al proyecto Fondecyt Regular 1220792 liderado por la investigadora Daniela Fugellie, directora del Instituto de Música UAH, quien, junto con el apoyo de la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC) y el Ministerio de Relaciones Exteriores, gestionó el traslado de la colección a través de valija diplomática. 

El archivo, que incluye partituras, manuscritos y documentos inéditos del compositor, será cuidadosamente catalogado y digitalizado, con el fin de preservarlo y ponerlo al alcance de nuevas generaciones, tras lo cual será llevado a su destino final: La Biblioteca Nacional de Chile. La colección digital estará disponible a través del Archivo Patrimonial UAH y el Archivo Patrimonial de la Universidad de Talca. Conversamos con Daniela Fugellie para conocer en detalle los desafíos y los significados de este proceso de repatriación cultural y la importancia que tiene para Chile la figura de Gustavo Becerra- Schmidt 

¿Qué te motivó a elegir a Gustavo Becerra como figura central para tu investigación? 

Bueno, Gustavo Becerra fue un compositor muy relevante, y cuando postulé un proyecto sobre el serialismo en América Latina, una técnica de composición muy importante desde la década de 1940 en adelante, propuse tres estudios de caso. El primero de ellos se centra en Chile, y específicamente en el taller de composición de Becerra, ya que fue un profesor muy influyente. Sus estudiantes, muchos de los cuales hicieron carrera internacional, fueron compositores reconocidos en Chile y el extranjero. Sin embargo, debido a su exilio en Alemania tras el golpe militar de 1973, quedó una especie de fisura en nuestro conocimiento sobre su obra, llevándonos a estar desconectados de su legado. Mi interés por investigar su figura comenzó con la intención de recuperar esa memoria y conocimiento perdidos. 

En ese sentido, ¿el enfoque de tu proyecto está principalmente en recuperar el patrimonio de Gustavo Becerra? 

En lo específico, como el proyecto tiene que ver con serialismo, junto a mi coinvestigador Gonzalo Martínez, académico de la Universidad de Talca, hemos estado trabajando en el desarrollo de su pensamiento creativo sobre el serialismo, cómo lo enseñó y cómo sus alumnos componían basándose en sus enseñanzas. Sin embargo, uno de nuestros grandes desafíos ha sido la falta de acceso a todas sus obras. Algunas están en la Biblioteca Nacional y otras en la Universidad de Chile, pero queda mucho por explorar en su legado, y para eso necesitamos contar con su archivo completo. 

¿Cómo fue el primer encuentro con los archivos en Alemania? 

Cuando inicié el proyecto, Cecilia Astudillo, directora del archivo de música de la Biblioteca Nacional, me mencionó que los hijos de Becerra estaban interesados en que el archivo regresara a Chile, ya que era un deseo del propio compositor. Durante un viaje a Alemania para una conferencia en Berlín, aproveché para visitar Delmenhorst, cerca de Bremen, donde reside Pedro Becerra, uno de sus hijos. Allí nos reunimos y exploramos parte del material, constatando que estaba en excelentes condiciones. Ese primer encuentro fue clave para empezar a concretar la idea de repatriación, con el apoyo de la Dirección de Cultura del Ministerio de Relaciones Exteriores (DIRAC). En ese entonces, la directora del área de música era Clara Silva, que tomó la iniciativa de apoyar este proyecto, el cual tuvo continuidad gracias a las gestiones y compromiso de su sucesora en este cargo, Consuelo Cortez.  

¿El archivo estaba organizado o había sido recuperado previamente? 

El archivo estaba bastante disperso. Lo que llegó a Chile incluye material en posesión de la familia y también de un alumno de Becerra, quien es profesor en un colegio y tenía algunas cajas resguardadas. Sin embargo, queda aún material en Alemania, especialmente artefactos tecnológicos, ya que Becerra trabajó en música electrónica con computadores y sintetizadores desde muy temprano. Esta parte podría explorarse en el futuro, ya que es más compleja en términos de traslado y preservación.

¿En qué etapa está actualmente el proyecto y cómo se beneficia de este fondo documental?

Con este archivo podremos profundizar mucho en el análisis de sus obras, ya que ahora tenemos las partituras y muchas de ellas vienen con indicaciones interpretativas. Además, hay manuscritos que podrían revelar aspectos inéditos de su pensamiento musical, ya que Becerra también fue un teórico y trabajó en temas de lógica del lenguaje y semiótica aplicados a la música. Esto abre posibilidades para investigar nuevas facetas de su obra, y también para desarrollar actividades que difundan su legado.

¿Qué tipo de actividades están planificando para dar a conocer el legado de Becerra, especialmente en el centenario de su nacimiento en 2025?

Queremos realizar conciertos de bienvenida en 2025 y, de hecho, hemos estado en conversaciones con ensambles interesados en interpretar sus obras. Mi coinvestigador Gonzalo Martínez, actualmente decano de la Facultad de Arquitectura, Música y Diseño de la Universidad de Talca, también está gestionando un concierto en su universidad.  Por su puesto, también pensamos incorporarlo a la Temporada de Concierto del Instituto de Música UAH.  Además, queremos realizar charlas, tanto académicas como de difusión general, y digitalizar el archivo para que esté disponible para estudios futuros desde diferentes aristas.

¿Qué sucede con los archivos después de esta investigación?

La donación del archivo tiene como destino final el Archivo de Música de la Biblioteca Nacional, que fue la voluntad de la familia. Debido a la limitada capacidad de personal en la Biblioteca, el archivo permanecerá temporalmente en nuestra universidad, donde lo catalogaremos y ordenaremos adecuadamente. La digitalización permitirá que cualquier persona pueda acceder al material sin necesidad de consultarlo físicamente, facilitando el acceso a este material para investigadores, intérpretes e interesados en general.

¿Cuál dirías que es el valor de repatriar estos documentos?

Repatriar estos documentos es esencial para facilitar la investigación y la interpretación de su obra, ya que he visto mucho interés de intérpretes por conocer y tocar sus composiciones. Sin embargo, creo que su valor también es emocional y simbólico. Gustavo Becerra fue un pilar en el desarrollo de la música chilena y profesor de grandes compositores como Fernando García y Sergio Ortega, pero su legado quedó interrumpido por el exilio. Repatriar su archivo es también un gesto de reconocimiento y compensación simbólica por lo que él aportó a nuestra cultura.